53. Santa Juana de Arco nació en 1412. Era una joven campesina que, a pesar de su corta edad, luchó para defender a Francia de los invasores. Incomprendida por su aspecto y por su forma de vivir la fe, murió en la hoguera.
Vivir Para Volar Libro Pdf 58
81. Los jóvenes reconocen que el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial para su vida y en el camino de crecimiento de su identidad. Sin embargo, en un mundo que enfatiza excesivamente la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir serenamente las relaciones afectivas. Por esta y por otras razones, la moral sexual suele ser muchas veces causa de incomprensión y de alejamiento de la Iglesia, ya que se percibe como un espacio de juicio y de condena. Al mismo tiempo, los jóvenes expresan un explícito deseo de confrontarse sobre las cuestiones relativas a la diferencia entre identidad masculina y femenina, a la reciprocidad entre hombres y mujeres, y a la homosexualidad[34].
127. Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para adelante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia que acechan en el camino.
131. Invoca cada día al Espíritu Santo, para que renueve constantemente en ti la experiencia del gran anuncio. Por qué no? No te pierdes nada y Él puede cambiar tu vida, puede iluminarla y darle un rumbo mejor. No te mutila, no te quita nada, sino que te ayuda a encontrar lo que necesitas de la mejor manera. Necesitas amor? No lo encontrarás en el desenfreno, usando a los demás, poseyendo a otros o dominándolos. Lo hallarás de una manera que verdaderamente te hará feliz Buscas intensidad? No la vivirás acumulando objetos, gastando dinero, corriendo desesperado detrás de cosas de este mundo. Llegará de una forma mucho más bella y satisfactoria si te dejas impulsar por el Espíritu Santo.
139. Tiempo atrás un amigo me preguntó qué veo yo cuando pienso en un joven. Mi respuesta fue que veo un chico o una chica que busca su propio camino, que quiere volar con los pies, que se asoma al mundo y mira el horizonte con ojos llenos de esperanza, llenos de futuro y también de ilusiones. El joven camina con dos pies como los adultos, pero a diferencia de los adultos, que los tienen paralelos, pone uno delante del otro, dispuesto a irse, a partir. Siempre mirando hacia adelante. Hablar de jóvenes significa hablar de promesas, y significa hablar de alegría. Los jóvenes tienen tanta fuerza, son capaces de mirar con tanta esperanza. Un joven es una promesa de vida que lleva incorporado un cierto grado de tenacidad; tiene la suficiente locura para poderse autoengañar y la suficiente capacidad para poder curarse de la desilusión que pueda derivar de ello[75].
142. Hay que perseverar en el camino de los sueños. Para ello hay que estar atentos a una tentación que suele jugarnos una mala pasada: la ansiedad. Puede ser una gran enemiga cuando nos lleva a bajar los brazos porque descubrimos que los resultados no son instantáneos. Los sueños más bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas. Al mismo tiempo, no hay que detenerse por inseguridad, no hay que tener miedo de apostar y de cometer errores. Sí hay que tener miedo a vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse. Aún si te equivocas siempre podrás levantar la cabeza y volver a empezar, porque nadie tiene derecho a robarte la esperanza.
143. Jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde un balcón. No confundan la felicidad con un diván ni vivan toda su vida detrás de una pantalla. Tampoco se conviertan en el triste espectáculo de un vehículo abandonado. No sean autos estacionados, mejor dejen brotar los sueños y tomen decisiones. Arriesguen, aunque se equivoquen. No sobrevivan con el alma anestesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. Hagan lío! Echen fuera los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes momificados. Vivan! Entréguense a lo mejor de la vida! Abran la puerta de la jaula y salgan a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo.
146. Cómo podrá ser agradecido con Dios alguien que no es capaz de disfrutar de sus pequeños regalos de cada día, alguien que no sabe detenerse ante las cosas simples y agradables que encuentra a cada paso? Porque nadie es peor del que se tortura a sí mismo (Si 14,6). No se trata de ser un insaciable que siempre está obsesionado por más y más placeres. Al contrario, porque eso te impedirá vivir el presente. La cuestión es saber abrir los ojos y detenerte para vivir plenamente y con gratitud cada pequeño don de la vida.
147. Está claro que la Palabra de Dios te invita a vivir el presente, no sólo a preparar el mañana: No se preocupen por el mañana; el mañana se preocupará de sí mismo; a cada día le basta con lo suyo (Mt 6,34). Pero esto no se refiere a lanzarnos a un desenfreno irresponsable que nos deja vacíos y siempre insatisfechos, sino a vivir el presente a lo grande, utilizando las energías para cosas buenas, cultivando la fraternidad, siguiendo a Jesús y valorando cada pequeña alegría de la vida como un regalo del amor de Dios.
148. En este sentido, quiero recordar que el cardenal Francisco Javier Nguyên Van Thuân, cuando lo encerraron en un campo de concentración, no quiso que sus días consistieran sólo en esperar y esperar un futuro. Su opción fue vivir el momento presente colmándolo de amor; y el modo como lo practicaba era: Aprovecho las ocasiones que se presentan cada día para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria[78]. Mientras luchas para dar forma a tus sueños, vive plenamente el hoy, entrégalo todo y llena de amor cada momento. Porque es verdad que este día de tu juventud puede ser el último, y entonces vale la pena vivirlo con todas las ganas y con toda la profundidad posible.
149. Esto incluye también los momentos duros, que deben ser vividos a fondo para llegar a aprender su mensaje. Como enseñan los Obispos suizos: Él está allí donde nosotros pensábamos que nos había abandonado y que ya no había salvación alguna. Es una paradoja, pero el sufrimiento, las tinieblas, se convirtieron, para muchos cristianos [...] en lugares de encuentro con Dios[79]. Además, el deseo de vivir y de experimentar se refiere en especial a muchos jóvenes en condición de discapacidad física, mental y sensorial. Incluso si no siempre pueden hacer las mismas experiencias que sus compañeros, tienen recursos sorprendentes e inimaginables que a veces superan a los comunes. El Señor Jesús los llena con otros dones, que la comunidad está llamada a valorar, para que puedan descubrir su plan de amor para cada uno de ellos.
162. Pero te recuerdo que no serás santo y pleno copiando a otros. Ni siquiera imitar a los santos significa copiar su forma de ser y de vivir la santidad: Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros[86]. Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca única que sólo tú podrás dejar. En cambio, si copias, privarás a esta tierra, y también al cielo, de eso que nadie más que tú podrá ofrecer. Recuerdo que san Juan de la Cruz, en su Cántico Espiritual, escribía que cada uno tenía que aprovechar sus consejos espirituales según su modo[87], porque el mismo Dios ha querido manifestar su gracia a unos en una manera y a otros en otra[88].
168. Es verdad que a veces, frente a un mundo tan lleno de violencia y egoísmo, los jóvenes pueden correr el riesgo de encerrarse en pequeños grupos, y así privarse de los desafíos de la vida en sociedad, de un mundo amplio, desafiante y necesitado. Sienten que viven el amor fraterno, pero quizás su grupo se convirtió en una mera prolongación de su yo. Esto se agrava si la vocación del laico se concibe sólo como un servicio al interno de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.), olvidando que la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política: es un compromiso concreto desde la fe para la construcción de una sociedad nueva, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo.
176. El valor del testimonio no significa que se deba callar la palabra. Por qué no hablar de Jesús, por qué no contarles a los demás que Él nos da fuerzas para vivir, que es bueno conversar con Él, que nos hace bien meditar sus palabras? Jóvenes, no dejen que el mundo los arrastre a compartir sólo las cosas malas o superficiales. Ustedes sean capaces de ir contracorriente y sepan compartir a Jesús, comuniquen la fe que Él les regaló. Ojalá puedan sentir en el corazón el mismo impulso irresistible que movía a san Pablo cuando decía: Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (1 Co 9,16).
190. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con todo lo que ellos dicen, ni que debas aprobar todas sus acciones. Un joven siempre debería tener un espíritu crítico. San Basilio Magno, refiriéndose a los antiguos autores griegos, recomendaba a los jóvenes que los estimasen, pero que acogieran sólo lo bueno que pudieran enseñarles.[103] Se trata simplemente de estar abiertos para recoger una sabiduría que se comunica de generación en generación, que puede convivir con algunas miserias humanas, y que no tiene por qué desaparecer ante las novedades del consumo y del mercado. 2ff7e9595c
Comments